por Sonia M.Rosa-Vélez
Mi testimonio es uno sencillo, otras mujeres han pasado por mis vivencias, pero esta es mi experiencia única. Es el fenómeno que mis ojos han visto y que he vivido en carne propia. El pasado mes de abril descubrí que padezco cáncer del seno. Una fiebre de origen desconocido hizo que mi oncólogo sospechara algo más y me envió a hacerme un PET SCAN. De ahí salté de solo tener cáncer en el seno a cáncer etapa 4 con metástasis a los pulmones. Fue un golpe muy duro. Ni siquiera me veía enferma. Uno de los médicos que consulté me lo dijo medio en broma: _ "Niña para lo enferma que estás te ves demasiado de bien". Imaginen, tampoco me sentía muy enferma, me sentía como alguien a quien le va a dar la gripe. Inmediatamente comenzó el clamor, los grupos de oración, gente conocida y desconocida se unió a pedir por mi salud. En específico pedían un milagro para mí.
No quiero sobre-simplificar la historia pero al diagnóstico lo siguieron los meses más difíciles de mi vida. Cada vez que me daban la quimioterapia una infección tenáz se apoderaba de mi. Tuve 3 hospitalizaciones extensas. En una de ellas la línea de acceso ( Medi-port) por la que me administraban la quimio se rompió y toda la quimio en vez de ir a mis venas, pasó a mi seno y tuve quemaduras de primero, segundo y tercer grado y una dolorosa estadía en el hospital de 24 días.
El médico me dijo simple y llanamente que el tumor en mi seno era muy grande e inoperable. El iba a intentar quimioterapia primero a ver si reducía de tamaño. No tengo palabras para describir los estragos que la quimioterapia tuvo en mi. Yo siempre me he considerado una mujer fuerte, luchadora, pero este veneno que es el mejor tratamiento que existe en este momento, me lanzó a una cama.
El clamor continuó y cuando menos lo esperaba, alguien me llamaba, me escribía, me visitaba para darme ánimo. Y no se como explicarlo pero me sobrecogía una paz hermosa, extraña, callada, especial.
El pasado mes de agosto luego de la peor quimioterapia que he experimentado (con una droga llamada Abraxane), una infección muy fuerte se apoderó de mi. El médico suspendió la quimioterapia y procedió a atacar la infección con los mejores antinbióticos que tenía a la mano. La infección se hizo resistente a los medicamentos y todo se complicó. El médico pensó que la infección había afectado mi corazón que tenía endocarditis. "Esto es demasiado"- pensé- "primero cáncer luego la metástasis, la quemadura, las infecciones y ahora una inflamación del corazón" Ya mis conversaciones con Dios no eran un clamor, eran una frase repetitiva:- "Dios, necesito un milagro".
En mi vida he visto muchos milagros, este me pareció extraordinario. Mi madre me llamó la mañana de la prueba para determinar si tenía endocarditis, para orar por mi y recordarme que yo tenía un soplo en el corazón que había surgido luego de padecer fiebre reumática en mi niñéz. La prueba para determinar si tenía endocarditis conllevaba anestesia. Mi esposo me acompañó y me cuando desperté me dió el reporte que el médico le había dado.-" Tú corazón está en perfectas condiciones". El hombre ni siquiera encontró rastros del daño de la fiebre reumática de mi niñéz. MILAGRO, un perfecto y hermoso milagro.
Ya saliendo de la super-infección y entrando en los seis meses luego del diagnóstico, me había pasado un mes sin tratamiento tradicional para el cáncer (siempre me hice varios remedios naturales), el médico decidió que ya era hora de repetir las pruebas y me envió a hacerme un PET SCAN , sonograma y mamograma.
Cuando el me informó los resultados yo solo podía decir: -"Oh Dios mío, Oh Dios mío, Oh Dios mío, Oh Dios mío". El tumor de mi seno bajó considerablemente de tamaño y ahora es operable. Mis pulmones no tienen ratros de cáncer. MILAGRO, un perfecto y hermoso milagro.
No se equivoquen todavía me queda un buen tramo del camino que recorrer, pero no camino sola, me protege el poder de la oración. Gracias, infinitas gracias, por sus oraciones.
sábado, 22 de septiembre de 2007
jueves, 20 de septiembre de 2007
In Memoriam María Teresa Capín (1959-2007)
La conocí un día común y corriente.
Ella los conocía a todos. Yo, era la recién llegada. Ella la veterana que sabía de todo y de todos. La semilla de la amistad creció instantáneamente.
Nos veíamos solo en la reuniones, también nos escribíamos por correo electrónico con frecuencia. Nunca faltaba la nota literaria y la narración breve de nuestras últimas lecturas. Siempre buscando material para su amada Tertulia. Su Tertulia la componían un grupo de mujeres brillantes, amantes de la literatura y de los libros, que se reunían a conversar, analizar, comer tortilla española, beber café... La tertulia era una forma de terapia literaria. Ella siempre que me invitaba lo decía, que de aquellas reuniones salía renovada.
Nunca la ví enojada. Siempre tenía fiesta en la mente. De las reuniones siempre salíamos a comer juntas a algún lugar fantástico que ella conocía, donde seguíamos hablando de todo. Como si el tiempo no hubiera pasado.
Ayer, me llamó mi amiga Adriana para decirme que María, María Teresa, María Teresa Capín, mi amiga, mi buena amiga, había fallecido de un ataque al corazón fulminante.
Llegué a la funeraria casi al final del homenaje. El lugar estaba abarrotado de estudiantes y maestros. Las personas que hablaron fueron tan sinceras y amorosas. Los estudiantes estaban vestidos en sus mejores galas, honrando el recuerdo de una buena mujer, de una extraordinaria maestra.
Un chico, que fue mi alumno. me reconoció, me abrazó y lloramos juntos. Toqué y abrazé a conocidos y desconocidos. Ví a otros tantos chicos, que ya parecían hombres y mujeres, que pasaron por mis manos y por las de María Teresa, y lloramos en silencio juntos por nuestra pérdida.
Hemos perdido a María Teresa Capín. Una mujer que vivió la vida con gusto, con pasión. Una mujer que fue amiga de todos y que repartió a manos llenas amor. Una mujer extraordinaria.
María Teresa te voy a extrañar. Tus alumnos, amigos y yo te vamos a extrañar.
Ella los conocía a todos. Yo, era la recién llegada. Ella la veterana que sabía de todo y de todos. La semilla de la amistad creció instantáneamente.
Nos veíamos solo en la reuniones, también nos escribíamos por correo electrónico con frecuencia. Nunca faltaba la nota literaria y la narración breve de nuestras últimas lecturas. Siempre buscando material para su amada Tertulia. Su Tertulia la componían un grupo de mujeres brillantes, amantes de la literatura y de los libros, que se reunían a conversar, analizar, comer tortilla española, beber café... La tertulia era una forma de terapia literaria. Ella siempre que me invitaba lo decía, que de aquellas reuniones salía renovada.
Nunca la ví enojada. Siempre tenía fiesta en la mente. De las reuniones siempre salíamos a comer juntas a algún lugar fantástico que ella conocía, donde seguíamos hablando de todo. Como si el tiempo no hubiera pasado.
Ayer, me llamó mi amiga Adriana para decirme que María, María Teresa, María Teresa Capín, mi amiga, mi buena amiga, había fallecido de un ataque al corazón fulminante.
Llegué a la funeraria casi al final del homenaje. El lugar estaba abarrotado de estudiantes y maestros. Las personas que hablaron fueron tan sinceras y amorosas. Los estudiantes estaban vestidos en sus mejores galas, honrando el recuerdo de una buena mujer, de una extraordinaria maestra.
Un chico, que fue mi alumno. me reconoció, me abrazó y lloramos juntos. Toqué y abrazé a conocidos y desconocidos. Ví a otros tantos chicos, que ya parecían hombres y mujeres, que pasaron por mis manos y por las de María Teresa, y lloramos en silencio juntos por nuestra pérdida.
Hemos perdido a María Teresa Capín. Una mujer que vivió la vida con gusto, con pasión. Una mujer que fue amiga de todos y que repartió a manos llenas amor. Una mujer extraordinaria.
María Teresa te voy a extrañar. Tus alumnos, amigos y yo te vamos a extrañar.
A JULIA DE BURGOS
Por Julia de Burgos
Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga
porque dicen que en verso doy al mundo mi yo.
Mienten, Julia de Burgos. Mienten, Julia de burgos.
La que se alza en mis versos no es tu voz:
es mi voz porque tú eres ropaje y la esencia soy yo;
y el más profundo abismo se tiende entre las dos.Tú eres fria muñeca de mentira social,y yo, viril destello de la humana verdad.
Tú, miel de cortesana hipocresías; yo no;que en todos mis poemas desnudo el corazón.Tú eres como tu mundo, egoísta;yo no; que en todo me lo juego a ser lo que soy yo.
Tú eres sólo la grave señora señorona; yo no, yo soy la vida, la fuerza, la mujer.
Tú eres de tu marido, de tu amo; yo no; yo de nadie, o de todos, porque a todos, a todos en mi limpio sentir y en mi pensar me doy.
Tú te rizas el pelo y te pintas; yo no; a mí me riza el viento, a mí me pinta el sol.Tú eres dama casera, resignada, sumisa,atada a los prejuicios de los hombres; yo no; que yo soy Rocinante corriendo desbocado olfateando horizontes de justicia de Dios.
Tú en ti misma no mandas; a ti todos te mandan; en ti mandan tu esposo, tus padres, tus parientes, el cura, el modista,el teatro, el casino, el auto, las alhajas, el banquete, el champán, el cielo y el infierno, y el que dirán social.
En mí no, que en mí manda mi solo corazón, mi solo pensamiento; quien manda en mí soy yo.
Tú, flor de aristocracia; y yo, la flor del pueblo.
Tú en ti lo tienes todo y a todos selo debes, mientras que yo, mi nada a nadie se la debo.
Tú, clavada al estático dividendo ancestral, y yo, un uno en la cifra del divisor social somos el duelo a muerte que se acerca fatal.
Cuando las multitudes corran alborotadas dejando atrás cenizas de injusticias quemadas, y cuando con la tea de las siete virtudes, tras los siete pecados, corran las multitudes, contra ti, y contra todo lo injustoy lo inhumano, yo iré en medio de ellas con la tea en la mano.
Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga
porque dicen que en verso doy al mundo mi yo.
Mienten, Julia de Burgos. Mienten, Julia de burgos.
La que se alza en mis versos no es tu voz:
es mi voz porque tú eres ropaje y la esencia soy yo;
y el más profundo abismo se tiende entre las dos.Tú eres fria muñeca de mentira social,y yo, viril destello de la humana verdad.
Tú, miel de cortesana hipocresías; yo no;que en todos mis poemas desnudo el corazón.Tú eres como tu mundo, egoísta;yo no; que en todo me lo juego a ser lo que soy yo.
Tú eres sólo la grave señora señorona; yo no, yo soy la vida, la fuerza, la mujer.
Tú eres de tu marido, de tu amo; yo no; yo de nadie, o de todos, porque a todos, a todos en mi limpio sentir y en mi pensar me doy.
Tú te rizas el pelo y te pintas; yo no; a mí me riza el viento, a mí me pinta el sol.Tú eres dama casera, resignada, sumisa,atada a los prejuicios de los hombres; yo no; que yo soy Rocinante corriendo desbocado olfateando horizontes de justicia de Dios.
Tú en ti misma no mandas; a ti todos te mandan; en ti mandan tu esposo, tus padres, tus parientes, el cura, el modista,el teatro, el casino, el auto, las alhajas, el banquete, el champán, el cielo y el infierno, y el que dirán social.
En mí no, que en mí manda mi solo corazón, mi solo pensamiento; quien manda en mí soy yo.
Tú, flor de aristocracia; y yo, la flor del pueblo.
Tú en ti lo tienes todo y a todos selo debes, mientras que yo, mi nada a nadie se la debo.
Tú, clavada al estático dividendo ancestral, y yo, un uno en la cifra del divisor social somos el duelo a muerte que se acerca fatal.
Cuando las multitudes corran alborotadas dejando atrás cenizas de injusticias quemadas, y cuando con la tea de las siete virtudes, tras los siete pecados, corran las multitudes, contra ti, y contra todo lo injustoy lo inhumano, yo iré en medio de ellas con la tea en la mano.
Hagamos un trato
Por Mario Benedetti
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)
Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)
Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Táctica y estrategia
Por Mario Benedetti
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
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