Los quebrantos físicos nunca han apagado las voces de quienes forjan a través de su vida legados que pueden ser transmitidos de generación en generación. Por eso, estoy aquí en esta tarde, con la noble tarea de a través de mi voz darle voz a mi hermana.
He dividido esta breve presentación en tres segmentos. En primer lugar, deseo ofrecerles, desde mi perspectiva, los símbolos, metáforas y aplicaciones que me ofrece -como lectora- el libro de Los mitos taínos. En segundo término, compartiré con ustedes una reflexión escrita por mi hermana, precisamente para esta presentación. Finalmente, leeré una selección de algunos poemas de mi hermana en el tema taíno.
Explica la autora del libro que: Los mitos taínos: Espejo de los mitos de América, promueve un renacer cultural de todo aquello referente a nuestro pasado ancestral. Recoge en sus páginas una variedad de mitos y leyendas que van desde el cosmogénesis hasta las profecías apocalípticas. Estos mitos son parte de la herencia cultural que permanece viva dentro y fuera del entorno caribeño.
Precisamente, esa búsqueda personal por su herencia cultural, ese deseo de conocer más de ese pasado, fue lo que motivó a la autora a explorar el tema taíno, como parte de su tesis de maestría –que precisamente defendió aquí en esta Biblioteca, en la Sala Álvarez Nazario. El producto de esa investigación, que nunca abandonó, fue la publicación en el año pasado de este texto en el que se esbozan las similitudes y diferencias entre las creencias mágico-religiosas de las etnias amerindias de norte, centro y sur América con las de nuestros taínos.
Una similitud entre la mitología de los taínos y otras etnias amerindias, que destaca la escritora en el texto, es la creencia de que su génesis es producto de un emerger de otros mundos. Explica la escritora: En este tipo de mito se describe el proceso de surgimiento del subsuelo, a veces pasando por uno o más mundos subterráneos, hasta llegar a luz, o sea a la superficie del Planeta Tierra.
En el caso de los taínos, éstos creían haber emergido de una cueva. Otros creyentes de este tipo de génesis pertenecientes a las tribus amerindias norteamericanas, según los menciona la autora en la publicación, son los sioux, algonquian, chipewyan, choctaw, hopi, kiowa, navajo, pueblo, salish y los tewa, entre otros.
Uno de los aspectos, que más me llamó la atención -como lectora que por primera vez se expone al tema de los taínos luego del somero capítulo que dedican en la escuela a este tópico en la clase de Historia de Puerto Rico (que debo confesarles que la tomé hace ya bastante tiempo)- fue la relación de la genealogía taína que hace la autora en el capítulo siete del libro. Y es un breve capítulo, que a mi juicio podría tener muchas avenidas en aplicaciones didácticas como personales, simbólicas y metafóricas.
(Lectura página 35 del libro Los Mitos Taínos)
Cuando leí esta breve e intensa genealogía por primera vez, imaginé a los personajes, su entorno, su lucha, su magia y en mi mente armé inmediatamente estas imágenes. Ésta se presenta de una forma concisa, clara, sencilla y con un hilo conductor que nos lleve de manera coherente y organizada al umbral mitológico de una raza. De esta manera, desde chicos hasta los adultos pueden entender esta relación.
Al leerlo pensé que ese mismo pasaje puede adaptarse fácilmente para convertirse en un cuento infantil, en una representación artística o teatral, en un capítulo de análisis en un salón de clases, en fin, al igual que el libro en pleno, este segmento tiene mucho potencial didáctico.
Por otra parte, al leer este capítulo, también reflexioné en nuestra propia exploración -única e individual- de quienes somos. A mí juicio -completamente subjetivo- ése es uno de los legados de este libro: un llamado a la exploración del yo en el prisma de nuestros ancestros. Y preguntarnos: ¿Cómo era la Cacibajagua (cueva sagrada) de tus antepasados? ¿Qué mitologías existen en nuestro clanes? Y créanme, se sorprenderán de todos los mitos y leyendas que puedes encontrar en tu entorno familiar. ¿De qué carey surgiste? ¿Qué símbolos de poder tanto físicos como sicológicos existen en nuestros antepasados?
Los mitos taínos: Espejo de los mitos de América… es una llamada a no olvidar nuestras raíces, una invitación a proseguir la búsqueda.
Con ese espíritu, mi hermana escribió este libro y estaba muy entusiasmada de poder estar aquí con ustedes. De hecho, días antes de su hospitalización ella misma escribió lo que, desde su punto de vista, representaba la importancia de este trabajo y a continuación lo comparto con ustedes:
Los mitos taínos y la exploración de quiénes somos
Sonia M. Rosa-Vélez M.A.
Una cultura no es un campo de concentración, una condición inmutable del ser. Es una creación humana susceptible de transformación, un paisaje espiritual que cambia al compás de las acciones de los hombres, como las dunas al capricho del viento.
Mario Vargas Llosa
He sido maestra desde que era una niña. Tenía mi propio salón y mis alumnos eran mis hermanas y vecinitos. Mi primera maestra fue mi madre, Josefa Vélez, que alimentó mi intelecto al descubrir que era buena alumna y poco atlética. Nos sentábamos juntas en el balcón, a veces a aprendernos de memoria poemas quilométricos, otras tantas hablábamos, y a veces ella bordaba y yo leía los libros de mis hermanas mayores. Mi vida se convirtió en una búsqueda constante del saber y cada vez que aprendía algo nuevo lo tenía que compartir con otros, especialmente con mami.
El tema de los taínos me ha perseguido de manera casi poética toda mi vida, desde el momento en que la abuela, Mónica Rodríguez me dijo con tono de misterio que su madre, Petrona Rodríguez era taína, y que lo debíamos guardar como un secreto. Mi corazón palpitaba de emoción y mi imaginación se elevó en un vuelo, que todavía no ha terminado, Muchos, pero años después y luego de adentrarme en al mundo de la genealogía convencí a mi padre Pascual Rosa de hacernos la prueba. El lado Y dio resultados europeos. El lado X, el lado materno dio resultados taínos, haciendo mi norte la educación de los jóvenes caribeños sobre nuestro rico pasado taíno.
El libro Los mitos tainos: espejo de los mitos de América, fue diseñado para motivar a los estudiantes a que lo utilicen como un repositorio de información y se lancen a desenterrar nuestro rico pasado taíno. Desde los momentos finiseculares del siglo XX y comienzos del siglo XXI se ha encendido un movimiento renacentista multi-disciplinario en todas las áreas del saber Taíno que nos ha traído nueva luz sobre aquellos eventos que escribieron y ahora reescriben nuestra historia.
Hemos comenzado a cambiar, y, aunque los problemas son enormes, hay en América Latina algunos progresos. Pero nada está garantizado y la posibilidad de un retroceso acecha por doquier. Ésta no es una consideración pesimista sino un llamado a la vigilancia. Albert Camus decía que era legítimo ser pesimista en el campo de la metafísica, en el que nada podemos, pero que tenemos la obligación del optimismo en el de la historia, en el que todo depende de nosotros. Es una idea que deberíamos adoptar, y buscar en ella aliento, mientras hacemos méritos a fin de merecer, pronto, los favores de la libertad, esquiva y maltratada señora de nuestra historia.
© Mario Vargas Llosa, 1998.
Presento el libro con una lección, para que el alumno lo siga por pasos y haga su propia investigación. El potencial para diversidad y creatividad es infinito. Incluyo un grupo de organizadores creativos, que ayudarán a los alumnos apasionados, a poder descifrar verdades de nuestro pasado ancestral que nos guiarán a un futuro mejor. Les dejo mi legado y mi deseo de encender una revolución, un reavivamiento de nuestra herencia taína.
Anacaona
Por Sonia M. Rosa-Vélez (Leído por Zainex )
Hey, Anacaona lives in me,
So be careful con lo que andas haciendo por ahí,
I’m the offspring of a RACE of dangerous woman,
Amazonas they call them
Go find out, read!
So be carefull my dear
Estoy que quemo
So be careful my dear,
This is not any old lady,
Mujer de agua y también mujer de fuego…
Don’t you dare to look down on me
Remember... yes! Anacaona vive en mí…
Cacibajagua
Por Sonia M. Rosa-Vélez
Una cueva sagrada llena de histoplasmosis.
Una cueva habitada por vampiros y ratones.
Una cueva habitada por mis ritos salvajes.
Un volver a la cueva que habitaron mis padres.
Para poder gritar, mis calladas pasiones,
y allí poder perder tontas inhibiciones,
La cueva del principio la cueva del final.
Será Cacibajagua,
Será mi despertar.
Nana taína
Por Sonia M. Rosa-Vélez
Acuéstate en la hamaca nitaíno pequeño,
Quédate quietecito y yo te diré un cuento,
La historia de los padres que fundaron la tribu
De los señores nobles de los grandes taínos.
Cuentan que había una cueva, una cueva especial
Era Cacibajagua donde debían morar,
y tenían instrucciones de no salir de día,
el sol era maldito y los castigaría,
y los que se arriesgaban transformados
serían en pájaros carpinteros,
inriris o jutías.
Así que por las noches salían a jugar,
los niños nitaínos en el parque ancestral,
mientras que los adultos salían a cazar,
la sabrosa cotorra, la iguana que corría,
por las playas y montes y también cocolía,
y corrían despavoridos pronto al
amanecer y se iban a su cueva
Cansados del quehacer.
Pero un rebelde muchacho,
Guahayona le decían, sabia que el sería el rey de la mentira,
y a todas las mujeres un día engañó.
Las dejó en una isla y una raza empezó
de mujeres guerreras llamadas Amazonas,
que odiaban a los hombres y que vivían solas,
en la isla secreta
Maití, Maitininó,
siempre en pie de guerra,
buscando a los hijos que el también les quitó.
Abandono a los niños Guahayona,
los pobres le gritaban tona, tona
fueron tantos los gritos de dolor,
que un dios muy compasivo vino y los transformó
en ranas que gritaban tona, tona.
Buscaban a sus madres que dolor.
Siguiendo su aventura Guahayona enfermó
del mar vino una diosa y la piel le sanó,
dicen los que bien saben que ella era sirena,
y que cantaba un canto que eliminaba el mal.
así que Guahayona
dejó de hacer el mal, con cibas y guanines
de nuevo se echó al mar, a contar su aventura a aquellos de la cueva.
Cacibajagua cueva del bien,
Cacibajagua de donde los taínos vuelven a florecer.
Agradecimientos: Muchas gracias a la doctora Carmen Amaralis Vega del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) por la invitación que le extendió a mi hermana para participar en el Simposio sobre la huella indígena en Puerto Rico que se llevó a cabo el pasado, 28 de octubre en la Sala A de la Biblioteca del RUM. Ciertamente, mi hermana se sentía muy ilusionada de regresar a Puerto Rico y poder compartir su pasión por los taínos. También agradezco a mi sobrina Zainex Kariem Hernández Rosa por comenzar la presentación con la interpretación musical del Padre Nuestro en lenguaje Taíno y al concluir regalarnos otra melodía. Zainex, a quien ven en la foto, se vistió con atuendo representativo de nuestros indígenas por una petición que le había hecho Chiqui.
¡Misión cumplida!