martes, 29 de enero de 2008

Two Wolves




One evening an old Cherokee Chief told his Grandson
about a battle that goes on inside people. He said,
"My son, the battle is between two wolves inside us all.
One is Evil.
It is anger, envy, jealousy, sorrow, regret, greed, arrogance, self-pity,
guilt, resentment, inferiority, lies, false pride, superiority, and ego.

The other is Good.
It is joy, peace, love, hope, serenity, humility, kindness, benevolence,
empathy, generosity, truth, compassion, and faith."

The grandson thought about if for a minute and then asked his grandfather,
"Which wolf wins??

The old Cherokee simply replied,

"The one you feed".

Diecisiete primaveras



Por Sonia M. Rosa-Vélez

Los hijos son un regalo de Dios. En mi caso Dios solo me dio un regalo y ese fue Alex. Hoy Alex cumple hoy 17 años. Hacen ya 17 años que Alex llegó a nuestras vidas con un mes de anticipación. Por ser prematuro lo trasladaron a la sala de cuidado neo-natal, pero con sus 6 libras de peso, parecía un levantador de pesas al lado de aquellos micro-bebés de 1 y dos libras que cabían en el hueco de la mano y luchaban por sus vidas en aquel lugar.

Hoy nos reímos al recordar los días y años que pasamos sin dormir, primero por los cólicos de Alex y luego porque Alex jamás ha sido bueno durmiendo. Pasamos todos los eventos por los que pasan los padres normales: raspaduras, puntadas, extremidades fracturadas, hospitalizaciones, fiestas de cumpleaños, pasadías, giras, paseos a piscinas, montañas rusas, visitas a parientes, conciertos, juegos de béisbol, más conciertos y muchos partidos de béisbol.

Alex es una mezcla perfecta de chico atlético y artístico, ama el béisbol y la música. Se perfila ya como todo un hombre. Como todos tiene sus virtudes y defectos pero como una buena madre prefiero verle su potencial y las virtudes que lo adornan. Es un muchacho alto, guapo, con un buen corazón y con buen sentido del humor, siempre me hace reír con sus ocurrencias.

Recuerdo con cariño especial sus diez años. Fue cuando dejamos la Isla y nos mudamos a los Estados Unidos Continentales. Alex nos dió una grata sorpresa cuando adaptó fácilmente al nuevo idioma y al lugar. En poco tiempo se hizo de un grupo de amigos que lo mismo se lanzaban bolas de nieve atrincherados desde la acera de mi pequeña casa, como que corrían bicicleta juntos por la urbanización. Era la época en que todas las noches teníamos que contarle un cuento o dos y hasta tres antes de acostarse.

Todavía el recuerda algunos de ellos, creados especialmente para él.
También a sus diez años le escribí: Nanas para un niño de diez años. Un grupo de poemas escritos en forma de Nanas, escritos especialmente para él. Los tengo publicados en la Internet en: http://www.geocities.com/smros1/Nanas.html

Hoy con motivo de las 17 primaveras quiero presentarles uno de esos cuentos que le contaba en las noches, antes de acostarse a Alex. Como bien dijera Alex al leerlo, esta es una versión apócrifa del cuento, con el pasar de los años se me han escapado los detalles. Lo cierto es que en el armario del pasillo, hace poco ví una sábana de monstruos.