Por Sonia M. Rosa-Vélez
Recientemente se unió a nuestra familia la hermosa rotweiller que sus padres decidieron llamar Luna Catalina. Nuestra familia es amiga de los canes. En nuestro medio conviven solo dos tipos de perros: los perros militares y los perros libres. Nos preguntábamos en voz alta ¿cómo será Luna Catalina cuando crezca?
Los perros militares son aquellos que observan todas las reglas de la buena conducta canina. Contestan con: -Yes sir! o un –No sir! a su amo, hacen trucos simpáticos, soportan con desenfado las rutinas humanas y protegen la vida y propiedad. Esos son perros llenos de dignidad, que hacen lucir bien a sus dueños en todo momento y que conocen del orden social. Ellos saben quien es el Alpha y cuales son los escalafones sociales en su grupo. Estos perros son el orgullo de sus amos, nunca les hacen pasar verguenzas, muchos de ellos son tan inteligentes que asombran cuando obedecen órdenes en varios idiomas y alguna veces hemos pensado que hasta saben de antemano lo que desean y necesitan sus amos.
Por otra parte, están los perros libres. Canes, que padecen del Síndrome de Atención Acortada y no parecen tener, ni tan siquiera un giga de memoria en su cerebro. Perros que ignoran la voz de sus amos, que son abiertamente desobedientes, destruyen, retan, hace lo que les viene en real gana y siempre están envueltos en líos sociales por el vecindario. Son amigos de escaparse y de indiscreciones que averguenzan a sus amos y a su familia.
Aquí entra en juego la controversia tan darwiniana de que si es herencia o crianza lo que determina la conducta del can. Como amigos de los canes que somos, no podemos vernos como miembros homogéneos de una categoría. ¿Es acaso nuestra culpa por la crianza que les damos que nuestros hermosos canes sean árboles torcidos y no tengan ni dos dedos de buen juicio? ¿Será la genética, la que determine la conducta adulta de nuestros amados canes? ¿Vienen programados para ser rebeldes o para ser perfectos?
Todos queremos tener el perro militar, aquél al que le daríamos licencia para conducir y portación de armas de fuego si fuera necesario porque son mejores y más leales que muchos humanos. Sin embargo, los perros libres, son libres. Esta libertad de la que se apoderan desde muy temprana edad los convierte en los creativos entre todos los canes. Son estos los perros impredecibles que un buen día deciden perseguir los carros, que duermen dentro de la secadora, comen zapatos (por supuesto solo los más caros), odian la aspiradora con pasión y saben y sufren cuando su amo está enfermo. Esta es la descripción de nuestro perro Jordan, un can libre pero capaz de un amor increíble. Un perro que acampa a mis pies cuando sabe (y no se como lo sabe, creo que lo presiente) que estoy enferma.
Luna Catalina la hermosa rottweiller llegó a la familia, y en su primera foto parece como si se estuviera sonriendo. Me pregunto ¿se unirá a nuestro corillo de perros dementes o será parte de nuestra milicia-canina? ¿Herencia o crianza?
No nos importa. Estamos llenos de amor y aceptación. Bienvenida a la familia Luna Catalina.
Recientemente se unió a nuestra familia la hermosa rotweiller que sus padres decidieron llamar Luna Catalina. Nuestra familia es amiga de los canes. En nuestro medio conviven solo dos tipos de perros: los perros militares y los perros libres. Nos preguntábamos en voz alta ¿cómo será Luna Catalina cuando crezca?
Los perros militares son aquellos que observan todas las reglas de la buena conducta canina. Contestan con: -Yes sir! o un –No sir! a su amo, hacen trucos simpáticos, soportan con desenfado las rutinas humanas y protegen la vida y propiedad. Esos son perros llenos de dignidad, que hacen lucir bien a sus dueños en todo momento y que conocen del orden social. Ellos saben quien es el Alpha y cuales son los escalafones sociales en su grupo. Estos perros son el orgullo de sus amos, nunca les hacen pasar verguenzas, muchos de ellos son tan inteligentes que asombran cuando obedecen órdenes en varios idiomas y alguna veces hemos pensado que hasta saben de antemano lo que desean y necesitan sus amos.
Por otra parte, están los perros libres. Canes, que padecen del Síndrome de Atención Acortada y no parecen tener, ni tan siquiera un giga de memoria en su cerebro. Perros que ignoran la voz de sus amos, que son abiertamente desobedientes, destruyen, retan, hace lo que les viene en real gana y siempre están envueltos en líos sociales por el vecindario. Son amigos de escaparse y de indiscreciones que averguenzan a sus amos y a su familia.
Aquí entra en juego la controversia tan darwiniana de que si es herencia o crianza lo que determina la conducta del can. Como amigos de los canes que somos, no podemos vernos como miembros homogéneos de una categoría. ¿Es acaso nuestra culpa por la crianza que les damos que nuestros hermosos canes sean árboles torcidos y no tengan ni dos dedos de buen juicio? ¿Será la genética, la que determine la conducta adulta de nuestros amados canes? ¿Vienen programados para ser rebeldes o para ser perfectos?
Todos queremos tener el perro militar, aquél al que le daríamos licencia para conducir y portación de armas de fuego si fuera necesario porque son mejores y más leales que muchos humanos. Sin embargo, los perros libres, son libres. Esta libertad de la que se apoderan desde muy temprana edad los convierte en los creativos entre todos los canes. Son estos los perros impredecibles que un buen día deciden perseguir los carros, que duermen dentro de la secadora, comen zapatos (por supuesto solo los más caros), odian la aspiradora con pasión y saben y sufren cuando su amo está enfermo. Esta es la descripción de nuestro perro Jordan, un can libre pero capaz de un amor increíble. Un perro que acampa a mis pies cuando sabe (y no se como lo sabe, creo que lo presiente) que estoy enferma.
Luna Catalina la hermosa rottweiller llegó a la familia, y en su primera foto parece como si se estuviera sonriendo. Me pregunto ¿se unirá a nuestro corillo de perros dementes o será parte de nuestra milicia-canina? ¿Herencia o crianza?
No nos importa. Estamos llenos de amor y aceptación. Bienvenida a la familia Luna Catalina.
3 comentarios:
Hola Chiqui:
Gracias por reseñar la llegada de Luna Catalina. Lo cierto es que los perros de mi parte de la familia son rebeldes y libres. De hecho, ya he admitido publicamente que mis canes no tienen ninguna educación. Pero sus caras le perdonan todo. Tenemos dos English Springer Spaniel: Gordon Armando y Brownie Alfonso. Ya tienen dos años y todavía no han aceptado muy bien a su nueva hermana Luna Catalina de cuatro meses. Primero, Luna estaba tímida y luego ocupó la casa de los gemelos. Por ahora, no saben que pronto ella será más grande que ellos.
Les contaré.
Mariam Ludim
Hola Mariam:
Preciosa bebé. Pero ten cuidado y mantenla bien vigilada. Yo no lo creo, pero dicen que los Rottweiler son muy fuertes tienen reacciones impredecibles. Se han contado muchos accidentes serios debidos a algunos de ellos.De todas formas, si respeta a Gordon Brownie como perro "alfa", el cuidará de mantener el orden en la familia.
Cariños,
El primo Roberto
Me encantó tu pensamiento, muy profundo, como tú solamente lo sabes meditar y redactar. Pues te diré, que Luna Catalina podría ser una perra militar, pero lamentablemente está reunida de animales muy peculiares, canes que no responden a su nombre: Brownie y Gordon. Estas dos bestias peludas rompen todos los récords de desobediencia. Las marcas de sus patitas de lodo están por todas partes. Asimismo, los rastros de sus necesidades. Con la llegada de Luna están cada más chavones (palabra puertorriqueña para expresar que son bastante traviesos). Para la nueva casa, en la que estamos próximos a mudarnos no sé que hacer, si dejarlos sueltos por todo el patio –que es bastante amplio- o hacerle un lugar más recogidito. Pero como dice Mariam Ludim su cara tan peculiar les perdona hasta sus más serias afrentas, hasta cuando se internaron monte adentro y tuve que buscarlos por una inhóspita selva de noche. Todos sobrevivimos.
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