Por Sonia M. Rosa-Vélez
En la vida todo es ir,
de lo que el tiempo deshace.
Sabe el hombre donde nace y no donde va a morir.
Juan Antonio Corretjer
Esta semana he visto el lado bueno de la gente que me rodea. Dos amigas (Connie y Jeanette) me transportaron y acompañaron a dos citas médicas. Soy una conductora de suburbio y evito conducir en la ciudad. Esas dos salidas a Baltimore y a D.C. me hicieron ver con claridad cuan afortunada soy. No estoy sola, aunque a veces pienso estarlo. Debo ser agradecida por tener amigas y amigos leales que están dispuestos a apoyarme. Nombres se atropellan en mi mente de gente que me ha regalado actos inmerecidos de bondad: Amarilys, Adalberto, Zaidy, Mariam, Norma, Isis, Adriana, Meredith, Gloria, Cindy, Edwin, Cuchy, Maureen, Loyd, Rick, Patrick, Lori, Elba, Alfredo, Lucy, Roberto, Jorge, Arlene y Rafael entre tantos. No son solo ellos, tanta gente bonita, buena que se ha unido a mi, a mi familia y nos han tendido la mano con las cosas más básicas como: oraciones, amor, comida, tranportación, llamadas telefónicas, visitas al hospital, etc.
!Gente mala y fea se ha cruzado en mi camino, no me han faltado " los amigos de Job", pero he preferido ignorarlos! ¿Por qué escoger la amargura como la sazón que defina el sabor de mi vida?
Estoy disfrutando a diario el mirar con el prisma de la bondad el lado bueno de los que me rodean. No se si el cáncer me ha liberado de mis prejuicios o simplemente he vuelto a ver el mundo con ojos de niña de 5 años recién cumplidos. Otro regalo de Dios que no comprendo.
A veces no me siento merecedora de tanta bondad, pero la estoy disfrutando, como quien se baña en los primeros rayos del sol matutino. Mi sol, en medio del eclipse total que fue la noticia del cáncer, la gente buena que me rodea son mi sol.
1 comentario:
Hola Chiqui:
Creo en el efecto multiplicador de la bondad. Y me parece que has regalado durante tu vida mucha bondad, no es para menos que ahora sientas que ese abrazo maravilloso.
De parte de toda nuestra familia muchas gracias a todos aquellos ángeles que se hacen presentes desde en un llamada hasta en una flor; desde un alimento compartido hasta en un aventón a una cita médica. Desde la Isla del Encanto nuestro profundo agradecimiento por actuar como la familia extendida.
Nada mejor que invertir la energía en lo bueno, que otros se encarguen de lo malo y de lo peor.
Un abrazo,
Mariam Ludim
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