por Sonia M. Rosa-Vélez
Algo espiritual
he caminado
y no lo puedo
explicar es tan callado.
Que vino y se sentó
al lado de mi alma,
luego me abrazó,
me contagió su calma.
Y me ayudó
de nuevo a vivificar
mi sangre de una nueva esperanza.
viernes, 7 de septiembre de 2007
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