domingo, 5 de agosto de 2007

Espiritualidad y salud (publicado en www.endi.com)

Espiritualidad y salud
Por Ileana Delgado / idelgado@elnuevodia.com
Un nuevo estudio parece comprobar que la espiritualidad sí tiene influencia sobre la salud (nuestras abuelas quizás dirían que ellas ya lo sabían).

La fe mueve montañas. ¿Cuántas veces ha escuchado ese refrán? Posiblemente muchas. Y la realidad es que, en muchas más ocasiones, se le relaciona con una fuerza espiritual sanadora y reparadora que lo puede todo.
Pero la metáfora, aplicada a la salud, no está exenta de controversia. Por un lado, muchas personas ven la espiritualidad y la religión como entes salvadores. Por otro, algunos científicos creen que pueden causar emociones negativas como culpa y ansiedad, o peor aún, que algunos pacientes rechacen la terapia médica porque sus creencias religiosas se lo impiden.
Sin embargo, parece que la espiritualidad sí tiene influencia sobre la salud. Según una investigación de la Universidad de Chicago, publicada en abril en Annals of Family Medicine, una gran mayoría de médicos piensa que la religión y la espiritualidad en general son una influencia positiva en el tratamiento de sus pacientes.
Si le fuera a preguntar a la abuela sobre este “gran descubrimiento”, estoy segura de que diría que hace tiempo ella lo sabe y que no le hace falta hacer una investigación para probarlo. Creo que todos, en mayor o menor grado, hemos recurrido a esa fuerza espiritual -que nadie sabe describir muy bien- pero que siempre nos ayuda a salir adelante en las crisis. Pero tengo dudas respecto a si realmente la gran mayoría de los médicos de hoy son conscientes de su importancia y si la toman en cuenta a la hora de tratar a sus pacientes.
“Juega un papel muy importante porque ayuda al paciente a manejar su enfermedad y a mantenerse positivo sobre su evolución”, afirma el reumatólogo Eric Quiñones, quien opina que las creencias religiosas y la espiritualidad pueden transmitir una energía y una fuerza difícil de explicar que ayuda a la persona y facilita el tratamiento.
Sin embargo, aunque puede ser una herramienta muy útil, también se debe tener en cuenta que se puede convertir en una muleta, advierte el psicoanalista Alfredo Carrasquillo.
“Cuando se utiliza como una forma de evitar situaciones que, como seres humanos, nos toca a todos resolver, se convierte en una manifestación de cobardía moral. Servirse de Dios como muleta puede ser una forma de no asumir una responsabilidad”, destaca Carrasquillo, aunque admite que la espiritualidad y la religión pueden ser apoyos en ciertas situaciones. “Por ejemplo, en momentos de duelo o de pérdida”.
Ciertamente, vivimos en una sociedad individualista y material, donde la espiritualidad no es una meta que se estimula socialmente. Pero la realidad es que esta tampoco tiene que ir de la mano con una religión específica para tener un efecto positivo en la vida de las personas. Especialmente, porque se puede ser espiritual, creer en una fuerza superior universal y preocuparse por el prójimo sin, necesariamente, ser religiosa o estar afiliada a una religión.
Precisamente, según comprobó una investigación del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, la calidad de vida de los pacientes terminales mejora considerablemente cuando se satisfacen sus demandas espirituales en el momento de enfrentarse a la muerte. De hecho, los resultados del estudio sugieren que lo que realmente los reconforta no es la fe religiosa, sino alcanzar un estado de armonía y paz interior, independientemente del camino que hayan elegido para obtenerlas.
En ese sentido, la unidad de cuerpo y espíritu, de dos realidades en estrecha comunión, es obvia. Pero se debe tener claro que es un conjunto que no puede funcionar correctamente si sus partes no están en equilibrio.
Otra área que exploraron los investigadores de la Universidad de Chicago fue cómo la espiritualidad y religiosidad de los médicos ayudaba a los enfermos. Entre otras revelaciones, encontraron que los médicos que se consideraban “altamente espirituales”, pero no necesariamente afiliados a una religión, eran casi el doble de propensos a dar atención a los pacientes marginados que los que indicaban que no eran tan espirituales. Es sólo uno de los interesantes hallazgos sobre este tema que, según algunos, es “terreno movedizo”. Pero hay muchos más datos, tantos como para una próxima columna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy, básicamente, de acuerdo.

Interesante artículo.

Saludos,
Mariana

Gracias.